Un magistrado federal en Seattle dictó una orden de restricción temporal que impide la implementación de una orden ejecutiva reciente emitida por el exmandatario Donald Trump. Esta medida buscaba restringir el derecho a la ciudadanía por nacimiento en Estados Unidos, provocando una fuerte controversia y una amplia oposición por parte de organizaciones de derechos civiles, fiscales generales y varios estados dirigidos por demócratas.
Aspectos de la orden ejecutiva
La orden ejecutiva intentaba impedir que los hijos de individuos en situación irregular o con visas temporales, nacidos en territorio estadounidense, adquirieran la ciudadanía automáticamente, a menos que uno de sus progenitores fuera ciudadano estadounidense o residente permanente legal. Esta política, denominada «Protección del significado y valor de la ciudadanía estadounidense», cuestionaba de forma directa la tradicional interpretación de la 14ª Enmienda de la Constitución, que asegura la ciudadanía por nacimiento.
La orden ejecutiva buscaba evitar que los hijos de personas indocumentadas o con visas temporales nacidos en suelo estadounidense obtuvieran automáticamente la ciudadanía, salvo que al menos uno de los padres fuera ciudadano estadounidense o residente permanente legal. Esta política, titulada «Protección del significado y el valor de la ciudadanía estadounidense», desafiaba directamente la interpretación histórica de la 14ª Enmienda de la Constitución, que garantiza la ciudadanía por derecho de nacimiento.
La 14ª Enmienda de la Constitución, adoptada en 1868 después de la Guerra Civil, declara que «todas las personas nacidas o naturalizadas en Estados Unidos, y sujetas a su jurisdicción, son ciudadanos de Estados Unidos y del estado donde habitan». Este principio ha sido ratificado en veredictos anteriores del Tribunal Supremo, como el caso de 1898 que validó la aplicación de la ciudadanía por nacimiento a los descendientes de inmigrantes.
La 14ª Enmienda de la Constitución, adoptada en 1868 tras la Guerra Civil, establece que «todas las personas nacidas o naturalizadas en Estados Unidos, y sujetas a su jurisdicción, son ciudadanos de Estados Unidos y del estado en el que residen». Este principio ha sido reafirmado en decisiones anteriores del Tribunal Supremo, como el caso de 1898 que confirmó la aplicación de la ciudadanía por nacimiento a los hijos de inmigrantes.
Primer fallo judicial
El magistrado federal John Coughenour, al dictar su orden de restricción, describió la medida de Trump como «abiertamente inconstitucional». La querella presentada en Seattle fue promovida por los estados de Arizona, Illinois, Oregón y Washington, quienes afirman que la orden infringe derechos esenciales y podría tener un impacto considerable en las jurisdicciones locales, como la pérdida de financiación federal para programas infantiles.
Asimismo, un grupo de 18 estados interpuso una demanda similar en Massachusetts, alegando que la orden no solo infringe los derechos constitucionales de miles de niños, sino que también impone costos indebidos a las comunidades afectadas.
Trasfondo histórico y legal
Contexto histórico y legal
La ciudadanía por nacimiento ha sido un principio fundamental en Estados Unidos desde la adopción de la 14ª Enmienda. La enmienda fue diseñada para garantizar que los afroamericanos liberados tras la abolición de la esclavitud fueran reconocidos como ciudadanos plenos. Desde entonces, ha sido un pilar central de la identidad constitucional del país.
La discusión sobre la ciudadanía por nacimiento
Quienes apoyan políticas migratorias más estrictas sostienen que la ciudadanía por nacimiento fomenta el «turismo de natalidad» y la inmigración ilegal, sugiriendo que numerosas mujeres embarazadas cruzan la frontera para que sus hijos nazcan en Estados Unidos y adquieran automáticamente la ciudadanía. No obstante, expertos constitucionales y juristas han indicado que cualquier modificación de este principio necesitaría una enmienda constitucional o un fallo del Tribunal Supremo, y no podría ser impuesta unilateralmente por el presidente a través de una orden ejecutiva.
Consecuencias futuras
La decisión del magistrado Coughenour señala el comienzo de lo que se prevé será una prolongada disputa legal sobre la interpretación y aplicación de la 14ª Enmienda. A medida que las demandas progresen en el sistema judicial, se anticipa que el caso llegará finalmente al Tribunal Supremo, donde se decidirá la constitucionalidad de esta polémica medida.
El fallo del juez Coughenour marca el inicio de lo que se anticipa será una larga batalla legal en torno a la interpretación y aplicación de la 14ª Enmienda. A medida que las demandas avancen en el sistema judicial, se espera que el caso llegue eventualmente al Tribunal Supremo, donde se determinará la constitucionalidad de esta controvertida medida.
La decisión del tribunal de Seattle refleja el compromiso continuo de los estados y grupos de derechos civiles por defender los principios constitucionales establecidos y proteger los derechos de los niños nacidos en Estados Unidos. Mientras tanto, la política de Trump sigue siendo objeto de un intenso debate nacional, con implicaciones profundas para la identidad y los valores democráticos del país.