El presidente argentino ha decidido rechazar por completo el proyecto de ley que propone una subida del 7,2% en las pensiones y la modificación del bono para quienes reciben el mínimo, aprobado recientemente por la Cámara de Diputados. Esta acción, promovida por la oposición, busca equilibrar la inflación no contabilizada de enero de 2024 y aumentar el bono mensual de 70.000 a 110.000 pesos. El líder gubernamental sostiene que cualquier incremento en el gasto del estado pone en riesgo la meta de déficit cero, que es fundamental para su política económica.
La Casa Rosada estima que el Senado sancionará la ley, pero confía en contar con los votos necesarios para sostener el veto presidencial. Sin embargo, algunos gobernadores, tradicionalmente alineados con el oficialismo, han comenzado a distanciarse de las políticas del Ejecutivo, lo que podría complicar la estrategia del Gobierno. En respuesta, el ministro del Interior ha convocado a una reunión con mandatarios provinciales para discutir la situación y buscar apoyos que permitan revertir la medida en el Congreso.
La decisión del presidente ha generado una fuerte reacción en diversos sectores de la sociedad. Miles de personas, incluyendo jubilados, docentes, científicos, médicos, personas con discapacidad y movimientos sociales, se han movilizado frente al Congreso para protestar contra los recortes presupuestarios. Las manifestaciones, que coinciden con la conmemoración de los 10 años del movimiento feminista Ni Una Menos, reflejan el descontento generalizado ante las políticas de austeridad implementadas por el Gobierno.
El gobierno enfrenta obstáculos adicionales en el Congreso, ya que no consiguió obtener el tercio requerido de votos para mantener el veto en la Cámara de Diputados. La oposición, compuesta por la UCR, el PRO y partidos provinciales, ha adoptado una posición decidida a favor del incremento de las jubilaciones, lo que podría complicar la estrategia del Ejecutivo.