Después de la sorpresa que dio el año pasado Aston Martin con el solvente y afilado AM23, las expectativas se han disparado para el curso que arrancará en Bahréin a principios del mes que viene. La escudería de Silverstone pasó por una montaña rusa la temporada pasada, con un arranque que pilló a trasmano a la mayoría de los grandes, y que permitió que Fernando Alonso, el integrante más veterano de la parrilla, viviera una segunda juventud.
Sin embargo, la efervescencia con la que el coche comenzó a rodar se desvaneció en su proceso de desarrollo, circunstancia que llevó al departamento técnico de la estructura británica a poner el freno de mano y dar marcha atrás. Para entonces, las opciones de Alonso de lograr la ansiada victoria número 33 de su hoja de servicios ya habían desaparecido al no haber podido culminar ese objetivo en los escenarios más propicios, como Canadá, Mónaco y Holanda. En total fueron ocho los podios a los que se encaramó el ovetense, tres de ellos segundas posiciones.
Para este 2024, año en el que el asturiano cumplirá los 43 años, Aston Martin presentó este lunes una apuesta que pretende afinar varios elementos de la versión anterior, como, por ejemplo, una remodelada suspensión trasera. Las modificaciones aerodinámicas más visibles se centran, al menos en la unidad mandada a los medios y que ya debe rodar este lunes en Silverstone, en el morro del bólido. La estructura ha logrado aligerar el prototipo y, sobre el papel, con las simulaciones, hacerlo más eficiente desde el punto de vista aerodinámico. Eso debería derivar en una mayor velocidad punta en recta, otro de los hándicaps que tanto Alonso como Lance Stroll lamentaron el último ejercicio.
“Hemos hecho cambios en todas las áreas del coche, es distinto en muchos aspectos. La mayoría de los componentes son nuevos, pero básicamente estamos hablando de una fuerte evolución del monoplaza del año pasado”, comenta Dan Fallows, el director técnico de Aston Martin. “Queremos competir en la carrera por la evolución a lo largo del calendario, y el diseño de este coche está pensado en esa dirección”, añade el ingeniero. “Otra área en la que hemos centrado nuestra atención ha sido la de ampliar la ventana operativa del monoplaza. Buscamos que tenga más versatilidad, y que se adapte a trazados de distintas tipologías”, añade Fallows.
Al margen de las jornadas de shooting, en las que los equipos pueden rodar con los nuevos coches hasta un máximo de 100 kilómetros, el AMR24 saltará a la pista los próximos 21, 22 y 23 de febrero, en la única tanda de pruebas de invierno previstas, que se llevarán a cabo en el circuito de Sakhir, precisamente donde se celebrará el primer gran premio de la temporada.
“Estoy super orgulloso de este equipo y de lo que se ha logrado en tan poco tiempo. No solo el progreso, sino la inversión en todas las áreas fuera del camino en el AMRTC –la fábrica de Aston Martin–”, comenta Alonso, ansioso por todas esas preguntas que tiene en estos momentos sobre el bólido, y de las que espera obtener respuestas “en los test y en las primeras pruebas del año”. El contrato del ovetense expira el próximo 31 de diciembre. Ante sí tiene tres opciones: retirarse, renovar o cambiar de aires, una opción que cobra enteres si tenemos en cuenta la sacudida provocada por el anuncio del fichaje de Lewis Hamilton por Ferrari, con vistas a 2025, que deja una vacante, al menos de forma momentánea, en la marca de la estrella.
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